El zampullín común es una de las aves acuáticas más pequeñas que tenemos en nuestra geografía. Una de las particularidades de esta especie es su habilidad para zambullirse rápidamente. Puede permanecer sumergido hasta 30 segundos mientras busca alimento. Su dieta variada es uno de los factores que facilita su adaptación a diferentes entornos, incluidos los urbanos.
El zampullín común presenta comportamientos de cría fascinantes que pueden ser un deleite para los fotógrafos de aves, como es el caso de Víctor Ortega, que ha conseguido documentar con su equipo Fujifilm todo el proceso reproductor de una pareja de zampullines comunes que ha decidido anidar muy cerca de donde vive. Estas aves comienzan la construcción de su nido a principios de primavera. Utilizan plantas acuáticas para crear una estructura flotante anclada a la vegetación emergente.
Los nidos son pequeños y discretos, difíciles de detectar. Ambos padres participan en la incubación de los huevos, que dura aproximadamente 20 días. Después de la eclosión, los polluelos son alimentados por ambos padres. Los adultos traen pequeños peces e insectos acuáticos para sus crías, que a menudo se montan en la espalda de los padres mientras nadan. Esta conducta es única en el mundo de las aves y proporciona una oportunidad excepcional para capturar imágenes conmovedoras.
Fotografiar al zampullín común requiere paciencia y algunos trucos específicos para lograr mejores imágenes. Bajar el punto de vista a ras de agua siempre que sea posible para conseguir fotografías que transmitan una sensación de estar más cerca de las aves. Utilizar una cámara con teleobjetivo, en este caso, el fotógrafo Víctor Ortega utilizó su Fujifilm X-H2S y el Fujinon XF200mmF2 R LM OIS WR, para capturar imágenes con fondos completamente difuminados. Ajustar la cámara con un autofoco continuo (AF-C) con la función de detección de aves de la X-H2S y su obturador electrónico con 20 fps para capturar el más mínimo detalle de las cebas e interacciones, junto con una velocidad de obturación alta, ya que los zampullines son rápidos y ágiles en el agua.
“Capturar al zampullín común en los parques de Madrid no solo es un placer visual, sino también un recordatorio de la rica biodiversidad que puede prosperar en entornos urbanos bien gestionados” dice Víctor, que lleva más de 10 años saliendo con su equipo de fotografía por estos lugares en busca de su avifauna. “Las fotografías de estas aves pueden servir como herramienta para la concienciación y la educación sobre la importancia de conservar y mantener nuestros espacios verdes urbanos.” El zampullín común ofrece un sinfín de oportunidades para capturar imágenes impresionantes. Así que la próxima vez que estés en Madrid, no olvides tu cámara y prepárate para descubrir la belleza oculta de los parques urbanos de la capital.