Me gusta fotografiar con poca luz y usar ISO alto, pero en este viaje solamente fotografiaría de día. No contaba con que nos haría un tiempo de perros y que estaría prácticamente los cuatro días lloviendo, pero en cuando veía un poco la luz que me gustaba, me preparaba a disparar.
Aprovechaba todo: los techos, toldos, ventanas donde pudiera refugiarme, probé alguna foto desde dentro de un bar apuntando hacia la calle, también desde debajo del paraguas de mi hija, entre otras. Las posibilidades eran infinitas, aun con mal tiempo.
El primer rollo lo terminé bastante rápido y sin pensar que hay cuadros limitados a 36. Pero, es que cuando me gusta la luz y los personajes, me resulta difícil dejar de hacer fotos.
¿Por qué el blanco y negro?
Siempre me ha gustado mucho el BN y la película Fuji Neopan Professional Acros 100II, ya que tiene una alta gama de grises. No es lo mismo fotografiar en BN que en color, es algo evidente, pero valioso, pues me fijo mucho más en los detalles. Ambas me gustan, pero el color con película requiere un mayor esfuerzo en mi forma de trabajar, donde el factor humano es siempre el protagonista.
Mientras desayunábamos, me preguntaba mi hija cuáles eran mis fotógrafos favoritos y le pregunté, ¿europeos o americanos? El primero que se me vino a la cabeza fue Raymond Depardon, después vino Robert Frank, Eugene Smith, Nikos Ecomopoulos, Larry Towell y Sergio Larraín; sin olvidar a Daido Moriyama aunque no sea de este selecto grupo.
Es verdad que me siento mucho más cómodo trabajando con base en algún tema, reportaje o ensayo, pero la calle me gusta y me encanta caminar sin rumbo, siguiendo mi olfato, buscando escenas o luces que me cuenten algo, pero me resulta difícil poder abstraerme de mi mirada de reportero.
En la cabeza
Hoy he puesto el segundo rollo en la cámara y espero no disparar tan rápido. Necesito detenerme a pensar un poco más cada foto, cada encuadre, a medir la luz con mayor precisión, entretenerme mirando por el visor, jugando con las líneas y las formas. Pero siempre espero que algo determine mi decisión a disparar y para eso el personaje es clave. Sin el personaje algo siempre me falta, puedo admirar imágenes sin ese personaje, pero no son mis fotos.
Estoy ansioso, quiero revelar y copiar alguna foto que no deja de darme vueltas en la cabeza. Esta es, por ejemplo, la imagen de una mujer con un paraguas cruzando por delante de mi objetivo en un primer plano desenfocado. Pero, hasta el momento, no es real y solo está en mi cabeza.
Reflexiono si habré medido bien la luz, si el encuadre era el correcto, si apreté el botón en el momento preciso. Eso es incertidumbre, pero también es ilusión. Es fantasear con la foto que me imagino y con la verdadera. Aquí no hay una pantalla que me chive en segundos el resultado. Es aquí donde creo que está el misterio de la fotografía química y donde creo que puede vencer a la digital y es en su forma más simple: en el acto fotográfico.
Todo requiere tiempo para pensar y otro para imaginar. Es muy probable que el resultado no sea el que me imagine, pero he disfrutado el proceso creativo y estoy deseando seguir en una cavilación sin rumbo conocido.
Ahora sí, entiendo mejor a todos los fotógrafos a los que pido que colaboren en CAPTION Magazine para la sección Desafío 35.
Nacho Izquierdo, fotógrafo y editor de CAPTION Magazine
Fotografías tomadas con película Fuji Neopan Professional Acros 100II: